Como Cambio mi personalidad cuando empecé a Compartir mi Vida con un Perro“
- pupaddict30
- 24 may 2019
- 5 Min. de lectura
“La convivencia con él me ha cambiado la vida”, es una de las frases que solemos escuchar de las personas que han decidido adoptar a un perro.
Efectivamente el hecho de convivir con un perro nos cambia la vida…. y en parte, el carácter.
Porque su comportamiento es increible… de ellos aprendemos muchas lecciones que nos hacen más felices y mejores personas.
La relación con un perro puede hacerte más flexible y cambiar las prioridades, solo observando su conducta.
De ellos aprendemos lo inútil que es preocuparse constantemente por cosas, aparentemente importantes, pero que con el tiempo comprendemos que no lo eran tanto.
Con un perrito corriendo por casa, puede ser que dejemos de ser tan narcisistas y actuemos con más empatía hacia los demás.
Te das cuenta que el animal de cuatro patas, que ahora ocupa un lugar importante en tu vida, se siente feliz con muy poco.
Este ser que no te deja ni a sol ni a sombra, es un maestro a la hora de relajarse.
Observa y aprende de tu perro, es todo un experto en inteligencia emocional y tiene muchas instrucciones que darte.
10 Clases magistrales caninas para humanos
1. Amor y lealtad sin condiciones
Los perros son fieles, protectores y afectuosos por naturaleza.
Con ellos sabremos siempre a qué atenernos, porque nos quieren por sobre todas las cosas y no nos defraudan en ningún momento.
¿Verdad que con los humanos no siempre es así?
Nuestros peludos no tienen prejuicios a la hora de demostrarnos su afecto.
Siempre los tendrás a tu lado, para gozar de su compañía o consolarte en los momentos tristes.
Tampoco serán ariscos a la hora de recibir nuestras caricias; al contrario, a ellos les encantan las muestras de afecto.
A esto se le llama buen carácter, y el resto son tonterías.
2. Alegria y entusiasmo de serie.
Con su ejemplo un perro puede convertirse en un excelente coaching, capaz de estimular nuestras potencialidades personales.
Solo cabe ver el entusiasmo que muestran por todo lo que hacen.
Cuando nos ven coger la correa, ya están saltando de alegría por el paseo diario
En el parque, siempre están dispuestos a participar en los juegos que les proponemos.
¿Aburrimiento? No entienden el significado de esta palabra.
Para ellos todos los días son especiales y los exprimen al máximo.
No se atormentan por cosas que no ocurren, ellos viven y gozan del presente, sin más.
Valoran y agradecen el hecho de tener una casa, alimento y buena compañía.
Copia su ejemplo y da las gracias todos los días por los pequeños detalles.
3. Deja el rencor
Si crees que el rencor es inevitable, observa atentamente a tu perro y aprende de él.
Has llegado muy tarde del trabajo y le has dejado mucho tiempo solo?Es posible que tu perro haya hecho alguna trastada en casa, como destrozar un cojín o morder el peluche preferido de tus hijos… Pero , ten en cuenta que no lo hace porque está ofendido y quiera venganza. Sus travesuras son fruto del aburrimiento o la ansiedad por la separación.
Recuerda que los perros no son rencorosos, ellos no pierden el tiempo como nosotros, en supuestas ofensas.
Se centran en las cosas verdaderamente importantes, como alimentarse, hacer ejercicio, gozar de la relación y el afecto de congéneres humanos…
Hagamos como ellos, tomemos las riendas de nuestra vida sin el lastre de rencores destructivos.
4. La imaginación al poder!
Para ser feliz hoy en día parece que te tienes que comprar muchas cosas, y como más mejor.
Si tu perro hablara -que lo hace con gestos- te diria que te dejarás de obsesionar con los objetos y que dejaras volar tu imaginación.
Ya que para vivir con alegría, solo tienes que tener imaginación; la suficiente, para divertirte con un palo.
Los regalos no tienen que ser siempre materiales… unas caricias o un largo paseo por la montaña, son cosa que no tienen precio… y lo sabes.
5. Confianza en uno mismo
Es curiosa la confianza que muestras los perros en si mismos.
En cambio, a los humanos, lo que piensen los otros de nosotros nos influye y nos condiciona en el momento de mostrarnos realmente como somos.
Tu perro no se atormenta con estos dilemas. El “qué dirán” les importa bien poco. Ellos son puros, genuinos, sin trampa ni cartón.
No viven para impresionar a los demás ni quedar bien, simplemente son, viven, disfrutan y se sienten seguros cuando quieren y son queridos.
6. Igualdad, fraternidad y mente abierta.
Cuando los perros han socializado correctamente, da gusto comprobar su comportamiento fraternal hacia sus semejantes. No hay más que verlos correr en el parque.. juegan juntos, sin discriminarse.
Les da igual la raza; o que haya colegas más pequeños o más grandes; tampoco les influye el color; ni se extrañan cuando a alguien le falta una para o la cola. Pobres o ricos, para un perro, todos sus congéneres son sus amigos.
Su mente es abierta y lo demuestran aceptando a todos los colegas que quieran divertirse con ellos.
Y aún hay más: estos sentimientos de fraternidad se extienden a otras especies, como los gatos, con los que pueden entablar unas extraordinarias relaciones de amistad y afecto.
7. Saber cuidarse
Si tienes un perro en casa, no te harán falta los mensajes publicitarios que te animan a relajarte, cuidarte y a mimarte.
Observa lo atentamente… Fijate que tu peludo, aun asi que sea muy nervioso, siempre tiene tiempo para llevar a cabo algunas rutinas físicas, como estirarse o despertar.
Sigue su ejemplo y busca tiempo en tu rutina diaria para cuidarte como te mereces.
Estiramientos, yoga, meditación… elige tu actividad preferida y concéntrate en ella como te mereces.
8. Relax total y vital
La relajación es sagrada para los perros. Sin el descanso, sería imposible que se mostraran tan activos.
Sea como sea su agenda, siempre saben encontrar un momento para estirarse, hacer una siesta y recargar energía.
¿No tienes tiempo para una siesta a medio día?
¿Ni te acuerdas de cuando fue la última vez que te relajaste en el sofá, leyendo un libro o dejando volar tu imaginación?
Ja no se valen excusas…
Toma buena nota y aprende de tu perro… él sí que sabe!
9. Diversión sin prejuicios
Es sorprendente la capacidad que tienen los perros para disfrutar de cada momento, sin importarles si hacen el ridículo o no.
De alguna manera, intuyen que con la vergüenza no se come y aprovechan todas las oportunidades para hacer todas las travesuras que tanto les divierten.
¿Tonterias las justas? Ellos las hacen espontáneamente y no están todo el tiempo controlando.
Si desean revolcarse en la hierba, se revuelcan y tan felices. No dejan que estos “obstáculos” les amarguen el día, al contrario lo ven como diversión.
10. Curiosidad por el mundo que les rodea
¡Cuántas cosas se pierde la gente por falta de curiosidad! A los perros, en cambio, no se les pasa ni una, siempre están atentos a lo que sucede en su alrededor.
Un simple papel moviéndose un día de viento, ya les atrae poderosamente y no paran de perseguirlo en su afán de exploración y juego.
Tampoco se les escapan los múltiples sonidos y ruidos de la calle, ruidos que para nosotros pasan desapercibidos.
El vuelo de un pájaro o el caminar de una hormiga pueden despertar su infinita curiosidad.
Y, cuando se trata de su olfato, ¡cuidado! son unos expertos exploradores, capaces de descubrir huesos y “tesoros” escondidos en los lugares más recónditos.
Para acabar… ¿No crees que el mundo sería un poco mejor si aprendiéramos a maravillarnos de los pequeños detalles? Aprovecha las enseñanzas de los que saben. Sigue tu ejemplo de tu maestro peludo y ¿disfruta!

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